jueves, 18 de octubre de 2012

GEOGRAFÍA DE CHILE.



Ubicado en el sector sur occidental del continente americano, Chile presenta entre sus principales rasgos distintivos una extremada longitud (4.300 km de norte a sur y más de 8.000 km si se considera el territorio antártico bajo su soberanía) y estrechez (180 km en promedio).
El particular aspecto que ofrece la superficie de Chile -y por el que se le ha descrito como una "larga y angosta faja de tierra"- y su posición en el borde meridional pacífico explican la existencia de fuertes contrastes regionales, tanto de carácter climático y paisajista  como en lo que se refiere a los patrones de poblamiento y distribución espacial de las actividades económicas.
El límite septentrional del país se localiza en la Línea de la Concordia, situada al norte de Arica, mientras que su extremo meridional está ubicado en el Polo Sur, lo que constata la gran extensión en latitud de nuestra nación.

Chile y los países vecinos
La Línea de la Concordia corresponde al límite con el Perú fijado en el año 1929, como consecuencia del avance territorial chileno que resultó de la Guerra del Pacífico (1879-1883). Este trazado limítrofe se prolonga desde los 18°21' de latitud Sur, en aguas del Pacífico, hasta el norte de Visviri, en la cordillera de los Andes, en los 17°29' de latitud Sur y los 69°28' de longitud Oeste. Por su parte, el límite chileno-boliviano, fijado en forma definitiva en1904, se inicia al norte de Visviri (17°29'S y 69°29'O) y se extiende hasta el cerro Zapaleri (22°48' de latitud Sur y 67°10' de longitud Oeste). El límite con Argentina comienza en el hito trifinio del cerro Zapaleri y se prolonga hasta Tierra del Fuego, continuando por el centro del canal Beagle hasta alcanzar el meridiano 66°25' de longitud Oeste. Esta línea limítrofe, la más extensa de las que presenta Chile, tiene 5.500 km de longitud de norte a sur y corresponde, en general, a la divisoria continental de las aguas.
En cuanto al territorio antártico, Chile reclama su soberanía sobre una parte del mismo que abarca un sector del mar de Weddell y de la Tierra de O'Higgins (península Antártica), con las islas adyacentes, además de una porción del mar de Bellingshausen. Los límites precisos de la Antártica Chilena se obtienen al prolongar unas líneas imaginarias entre los meridianos 53° y 90° de longitud Oeste, hasta unirlos en la latitud de 90° Sur, correspondiente al Polo Sur.
En cuanto a las fronteras políticas actuales, el territorio chileno continental -sin tener en cuenta las islas oceánicas ni la porción de la Antártica perteneciente al país- limita al norte con el Perú y al este con Bolivia y Argentina; al oeste, sus costas están bañadas por el océano Pacífico, llamado en este sector mar Chileno.
La tricontinentalidad chilena
Chile es uno de los pocos países del mundo que participa de más de un continente. En este caso, de tres: el americano, el oceánico y el antártico. Esta particular característica de tricontinentalidad es otro de los principales rasgos distintivos de este país emplazado en el Cono Sur.
En primer lugar, Chile continental se extiende entre los meridianos 66°25' y 75°40' de longitud Oeste, siendo el eje el meridiano de 70° Oeste. El territorio oceánico incluye, por su parte, Isla de Pascua (Rapa Nui), situada en los 109° de longitud Oeste. Su localización, a más de 37° de longitud de la costa Sudamericana, favorece la comunicación con el resto de las islas de Oceanía. Los pascuenses, de origen polinésico, han desarrollado una rica tradición cultural cuya máxima expresión son las esculturas de piedra volcánica conocidas como moa-is  Diversas han sido las hipótesis desarrolladas que han tratado de explicar el origen de estas enigmáticas imágenes de piedra.
Esta reclamación coincide, en ciertos sectores, con las respectivas realizadas por Argentina y el Reino Unido. El poblamiento de los territorios antárticos se realiza bajo condiciones de máxima rigurosidad climática, salvo durante los períodos de verano en la zona subantártica, específicamente en el archipiélago de las Shetland del Sur, donde se localiza la isla del Rey Jorge. En ella se encuentra ubicado el mayor número de estaciones y bases científicas de diversos países.








Imagen de Chile del mundo.


 
Imagen de Chile de América.






viernes, 2 de diciembre de 2011

¿qué es y a quienes afecta la cuestión social?.


Tal como los libros de historia nacional describen como se produjo la cuestión social entre 1890 y 1910, hoy parece reeditarse en el Chile del Segundo Centenario. Un choque brutal entre un crecimiento económico que genera grandes fortunas, y que permiten al Estado desarrollar una vasta red de obras públicas y un país con una apariencia de modernidad sustentable, mientras una parte importante de la población no recibe los beneficios del progreso económico y retrocede a niveles graves de precariedad y desprotección social. Sin un Estado que cumpla adecuadamente su papel social de garante de la equidad y el bien común.

El economista Patricio Meller, en un lúcido, y poco leído, artículo publicado en la revista Perspectivas del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, (octubre de 1999), plantea que el tema ha estado presente en el debate chileno desde el siglo XIX. Y cita en la introducción algunos párrafos de Valentín Letelier, de perfecta actualidad: “qué es lo que necesitan los grandes para explotar a los chicos, los fuertes a los débiles, los empresarios a los obreros, los hacendados a los inquilinos, los ricos a los pobres? Sólo una cosa: libertad, o sea la garantía de que el Estado no intervendrá en la lucha por la existencia para alterar el resultado final en favor de los desvalidos. Eso es lo que el sistema de libre mercado da a los más poderosos” “¿Y cómo ayudar a los más desvalidos a mejorar su situación? Se requiere de la protección del Estado para que posibilite la igualdad de oportunidades en un mundo de desiguales: “no hay desigualdad mayor que la de aplicar un mismo derecho a los que de hecho son desiguales”. “la política no es el arte de establecer un sistema de libre mercado; es el arte de satisfacer necesidades sociales”

El juicio de Valentín Letelier, de 1896, declaradamente laico y progresista, interpela a la elite gobernante de la época.

Hubo también una llamada de atención proveniente del mundo conservador y religioso. La Iglesia Católica con la Encíclica Rerum Novarum (De las cosas nuevas) en 1891, se refiere por primera vez a las condiciones y problemas de las clases trabajadoras. Esa posición aún tibia posteriormente iría evolucionando hacia una doctrina social de la Iglesia Católica.

En la actualidad hemos visto diferentes planteamientos y debates sobre salario ético, protección social, ingreso ético familiar, motivados por movilizaciones sociales fuertes, que demuestran, al menos aparentemente, que las elites estarían sensibilizadas para generar un freno al deterioro. Pero en la práctica no se avanza mucho.

Es evidente que la situación actual no es solo producto de la ambición económica de empresarios inescrupulosos o de un capitalismo desbordado. Como tampoco la existencia de un Estado precario, sin capacidad de generar condiciones de equilibrio y controlar los desbordes de legalidad, es culpa de la Dictadura militar de los años 70 y 80 del siglo pasado.

Si bien ellos son datos fuertes del escenario, nada excusa la falta de voluntad de la Concertación, durante veinte años, para introducir controles de calidad y legalidad en las políticas, dependientes solo de sus facultades administrativas. Especialmente en materia de vivienda y barrios, en los mercados laborales, o en el control regulatorio de los servicios básicos.

Cuando durante el Gobierno de Ricardo Lagos se generó una presión empresarial por lo que se denominó excesos de control de la Dirección del Trabajo, dirigida entonces por la socialista María Ester Feres, fue un ministro de su mismo partido, Ricardo Solari, quien tuvo una ambigua actitud en el tema y estuvo de acuerdo con su remoción.

El crecimiento de Chile hacia afuera ¿En qué nos involucra?.


Entre estas dos fechas se extienden 50 años de crecimiento en la economía de los países hispanoamericanos, compuesto por diferentes ciclos o booms, fases de expansión productiva que son la consecuencia de las nuevas demandas y necesidades que el proceso de industrialización ha creado en Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Holanda, Francia; Donde los antiguos campesinos han abandonado las tareas del campo y se han convertido en obreros industriales que ya no producen alimentos pero que los demandan de manera creciente, según aumenta su capacidad de consumo. Este hecho estimula el cultivo en tierras hispanoamericanas de ciertos productos como café, azúcar, cereales, carne y plátanos. Al mismo tiempo, los avances del desarrollo industrial en los países antes mencionados exigen nuevas materias primas.
El estaño boliviano es necesario para las latas de la industria conservera de alimentos; el henequén mexicano es utilizado por las cosechadoras de cereales en Estados Unidos; el cobre peruano y chileno resulta indispensable para el tendido de la red eléctrica que ilumina ciudades y pueblos en Europa y en Estados Unidos; con el caucho extraído de la Amazonia brasileña se fabrican los neumáticos que utiliza la floreciente industria automovilística de los países industrializados.
La economía de los países hispanoamericanos ingresa, mediante estas exportaciones, divisas para hacer sus importaciones. Y el estado obtiene, a través de las tasas aduaneras que los productos deben pagar a su salida del país, el dinero necesario para satisfacer los intereses de las deudas contraídas con los bancos británicos y alemanes. Los préstamos extranjeros constituyen la principal fuente de financiación de las naciones hispanoamericanas, que intentan cohesionar y modernizar sus tierras mediante la construcción de obras públicas y establecimientos sanitarios.
Su dependencia de las exportaciones es, por tanto, doble, mercantil y financiera. No sólo las impor¬taciones dependen de ellas sino también el pago de la deuda externa, lo que hace que estas sociedades sean extremadamente sensibles a las oscilaciones en los precios de sus exportaciones.
A pesar de la negativa imagen que la dictadura de Pinochet ha formado de la historia política de Chile en la mayoría de las personas, la democracia chilena (con todas las limitaciones pasadas y presentes) ha sido una de las más antiguas del mundo y con escasas rupturas del orden institucional.
Comenzamos nuestro análisis económico en el momento de la grave crisis de 1983 con que culmina la primera etapa del gobierno de Pinochet, caracterizada por una fuerte apertura externa comercial y financiera, y comienza una política pragmática de cambios que permitieron un fuerte crecimiento durante el gobierno militar (aún cuando llevó varios años el retornar a los niveles de producto per cápita anterior a la crisis, lo que ocurrió al final de ese período) y que se continuó con los gobiernos democráticos que asumieron luego.
En 1983 la caída de la actividad económica, medida por el Producto Bruto Interno, alcanzó el 13,4%, la desocupación rondó el 30% de la población activa, el déficit de los saldos en cuenta corriente superó los 2.000 millones de dólares, con un masivo endeudamiento del sector privado y crisis en el sector financiero. Las exportaciones totalizaron un monto de 3.800 millones de dólares, el 71% de las mismas eran explicadas por recursos naturales: en especial el cobre respondía al 46% de las exportaciones totales.
La política macroeconómica se orientó entonces a respaldar la apuesta de convertir a las exportaciones en el motor de la economía, potenciando su integración en la división internacional del trabajo como proveedor de materias primas y alimentos con bajo grado de industrialización, mientras se mantenía una demanda interna muy deprimida: las exportaciones pasarán de ser el 19,4% de la demanda en 1982 a un 37,3% en 1988.

viernes, 28 de octubre de 2011

La guerra del pacífico ( 1879-1884).



Fue un conflicto bélico, desarrollado entre 1879 y 1884, que involucró a tres países latinoamericanos: Chile, Perú y Bolivia. Se trató de un conflicto limítrofe, pero no por la demarcación territorial en sí misma, sino porque involucraba zonas ricas en guano y salitre, por eso la mayoría de los autores es coincidente en denominarla guerra del salitre.
No debe confundirse esta guerra del Pacífico, con la que ocurrió en los inicios de la segunda guerra mundial de los años 1937-1945 en la que participaron, Japón por un lado y por el otro, Estados Unidos, Gran Bretaña y China, entre otros países.
Una de las causas por la cual se desarrollo este problema fue porque Bolivia había ocupado la región más importante del desierto de Atacama, ubicado al sur de su área y al norte de Chile, en la región de Antofagasta. Ya que, esta zona es muy rica en cobre, hierro y por sus salares, producto de las aguas de lluvia que disuelven la sal del suelo. Al evaporarse el agua, queda la sal allí acumulada.
En 1866, Chile y Bolivia habían firmado un tratado para que los dos países tuvieran libre acceso a la explotación de la zona peleada. En el año 1874, se decidió revertir el problema, estableciéndose un nuevo acuerdo por el cual Bolivia no aumentaría los impuestos a los chilenos a cambio de que ella se convertiría en la única explotadora de recursos en la zona comprendida entre los paralelos 23ª y 25ª.
Bolivia respetó cuatro años el arreglo, pero luego, con el ascenso del presidente, Hilarión Daza, en 1879 aumentó el impuesto a las exportaciones de salitre, o sea que cada quintal de salitre pagaría 10 centavos más, como impuesto de exportación y programó el remate de las salitreras y ferrocarriles, para cobrarse la deuda. La subasta fue impedida por el gobierno chileno, que envió fuerzas militares a Antofagasta.
En tanto, Perú también contaba con una región rica en salitre ubicada en Tarapacá, donde el gobierno peruano, en 1875, había realizado la expropiación de las salitreras, de capitales chilenos, a cambio de un pago con certificados. Seguramente la decisión se había tomado bajo la influencia de un inglés, Robert Harvey, a quien luego se le asoció un compatriota, John Thomas North. Ambos influenciaban en los dos países, Chile y Perú para crear rivalidades, a fin de extraer provecho personal. Estos británicos fueron los principales compradores de los certificados, gracias a préstamos que les otorgaron los Bancos de Chile.


La región de Antofagasta fue invadida por fuerzas chilenas, por orden del presidente Pinto, el 14 de febrero de 1879, respondiendo Bolivia, con una declaración de guerra, a la que se sumó Perú apoyando a Bolivia, país al que estaba unido por un acuerdo de defensa común, tras intentar vanamente un arbitraje. El 5 de abril, Chile le declaró la guerra a Perú.
El primer choque de fuerzas se produjo el 23 de marzo, en la batalla de Calama o de Topáter, donde murieron siete chilenos y veinte bolivianos.
Los barcos de la marina peruana eran famosos por su contundencia, entre los que se destacaban las embarcaciones Huáscar y la Independencia, pero los chilenos, no lo eran menos. Ellos se jactaban también de su fuerza naval, representada particularmente por los acorazados Blanco Encalada y el Almirante Cochrane, con los cuales bloqueó Iquique, ciudad puerto que había pertenecido al virreinato del Perú, lugar también muy rico en salitre. La finalidad era impedir a los peruanos el abastecimiento de sus embarcaciones. Las acciones estuvieron a cargo de Juan William Rebolledo, el 21 del mes de mayo de 1879.
Pereció en esta batalla, el capitán chileno Arturo Prat Chacón, que comandaba la corbeta Esmeralda, hundida por el accionar del capitán de navío, Miguel Grau Seminario, a bordo del Huáscar, que tuvo una participación destacada en todo el conflicto.
Al mismo tiempo, se producía otro enfrentamiento entre dos colosos: la embarcación peruana Independencia, al mando de Juan Guillermo More y la corbeta chilena Covadonga, a cargo de Carlos Condell, pusieron en juego sus capacidades, imponiéndose el Perú, a pesar de perder su embarcación preferida (la Independencia), que quedó con su quilla destrozada, al verse obligada a navegar en aguas poco profundas, pero levantándose el bloqueo de Iquique.
La localidad y puerto de Antofagasta fue escenario de dos combates, el primero el 26 de mayo, mientras se celebraba un homenaje a Carlos Condell. El Huascar, persiguió al vapor Rimac, que logró escapar.
Finalmente el Rimac, fue capturado por Grau, el 23 de julio de 1879, lo que ocasionó el cambio de mando en la escuadra chilena, siendo Rebolledo suplantado por el comodoro Galvarino Riveros Cárdenas.
El 8 de octubre se produjo el combate de Punta Angamos, donde Grau Seminario murió heroicamente, y el Huascar terminó en manos enemigas.Los chilenos habían demostrado en el mar ser los triunfadores, y esto les permitió estar mejor posicionados, también en tierra.
Los chilenos iniciaron las oposiciones en tierra, ocupando el departamento de Tarapacá al norte de Atacama.
La primera batalla fue en Piragua, el 2 de noviembre de 1879, que terminó con el triunfo chileno y la ocupación de esa ciudad peruana. El motivo de la elección de este lugar era impedir la comunicación entre las fuerzas peruanas-bolivianas que se hallaban al norte y al sur de esa localidad.
El 26 de mayo de 1880, se produjo la batalla de Tacna, donde nuevamente los chilenos se impusieron a las fuerzas conjuntas peruano-bolivianas, produciéndose el retiro de Bolivia del conflicto, y el bloqueo del puerto de Arica. El presidente de Bolivia Narciso Campero, había reemplazado en el mes de enero de ese año, al presidente Hilarión Daza, pero a pesar del esfuerzo por reforzar sus fuerzas, nada pudo hacer para oponerse a los chilenos.
La última batalla tuvo lugar en Arica, en junio de 1880, la que les permitió a los chilenos avanzar sobre Lima.
Para mediar en el conflicto, y con la ayuda Argentina, Perú trató de lograr que Brasil realizara dicha gestión, pero obtuvo una rotunda negativa, que sólo sirvió para precipitar los acontecimientos.
En 1881, las fuerzas chilenas, al mando del general Manuel Baquedano, ingresaron a Lima, tras vencer en la Batalla de San Juan. Esta victoria les permitió ocupar las localidades de Chorrillos, y luego la de Barranco, después de la batalla de Miraflores. La ciudad de Lima, el 17 de enero, debió sufrir el saqueo y el incendio, como también había acontecido en Miraflores.
El entonces presidente peruano, Nicolás de Piérola, dejó su cargo para continuar con la resistencia desde Ayacucho. Como presidente Provisional de la República, fue elegido Francisco García Calderón, el 12 de marzo de 1881, pero esta designación no fue aceptada por los chilenos quienes se negaron a negociar con él.
Llegar a una paz con Chile resultaba dificultoso ya que exigían la entrega del Departamento de Tarapacá, que Perú, contando con el apoyo de Estados Unidos se negaba a ceder. Estados Unidos se fundaba en que solo sería válida la dación en pago del territorio peruano en caso de demostrarse fehacientemente la imposibilidad de pago de otra manera, de los costos de guerra.

viernes, 30 de septiembre de 2011

OCUPACIÓN DE LA ARAUCANÍA O PACIFICACION.


El pueblo mapuche habita el territorio araucano al sur del Bío-Bío, desde el período colonial. Se han mantenido independientes sin entrar en mayores conflictos con las autoridades.

La tranquilidad que, en general, reinaba en la frontera del Biobío y las relaciones que existían entre los habitantes de uno y otro lado, permitieron el avance colonizador de la araucanía. En la depresión intermedia al sur del Biobío, algunos intrépidos campesinos y agricultores se habían establecido, comprando, arrendando o simplemente quitándoles sus tierras a los indios.

Los procesos de colonización, comenzados en la década del 50 y 60, despiertan las pretensiones de las autoridades de incorporar la araucanía a la nación. El proyecto examina el avance constante del ejército hacia territorio mapuche. Encargándose de dirigir la misión, el coronel Cornelio Saavedra es uno de los más apasionados en la causa, ya que ha sido Intendente de la zona.

El general Saavedra ocupó toda la zona que va hasta el río Malleco, lugar donde refundo la ciudad de Angol, y los fuertes de Mulchén y Lebu, en 1862, encontrándose con las primeras resistencias rebeldes de los mapuches que habitaban las cercanías del río Malleco, bajo el mando del lonco Quilapán.

Esta comienza desde mediados del siglo XIX, específicamente en 1861 cuando el presidente José Joaquín Pérez Mascayano da inicio a la ocupación de la araucanía, zona comprendida entre los territorios ubicados desde el río Biobío, por el norte, y Toltén por el sur.

Fue notoriamente una invasión militar ordenada por el Estado chileno, la que hizo quitar casi en su totalidad la cultura de estos pueblos. Esta supuesta pacificación se prolongó durante casi toda la segunda mitad del siglo XIX.

Más de 190 mil indígenas habitaban en el Bío-Bío al sur, compuesto por los pueblos araucanos de tribus pehuenches y mapuches, territorio que se había mantenido rebelde desde de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante la conquista de Chile y luego durante todo el período colonial de Chile, sin que ningún grupo o bando se denominara vencedor.

A continuación, durante la revolución de 1851, el general José María de la Cruz, quien lideraba un grupo denominado el golpista, reclutó a varios mapuches para alzarse en contra del gobierno, esto lo pudo lograr gracias a que mantenía amistad con el cacique Colipí.

La revolución fue aplastada por el general Manuel Bulnes, y los indígenas, en vez de rendirse se retiraron hacia la frontera junto con varios miembros dados de baja del antiguo ejército.

Las autoridades de gobierno deciden entonces aplicar el plan propuesto por el General de Ejército Cornelio Saavedra Rodríguez, donde no sólo se incluirían acciones militares, sino que también consideraba la penetración pacífica de los territorios, mediante el traspaso de la cultura chilena al otro lado de la frontera.

El gobierno de Chile tomó la decisión de ocupar la araucanía en el año 1861, el mismo año en que el francés Orélie Antoine de Tounens, intentó crear el Gobierno de la araucanía y la patagonia y el solo se denominó Rey de la Araucanía.

Por esta razón el gobierno de la época es muy criticado. En 1871 se firma un tratado de paz con los pehuenches, lo que incentiva al gobierno a intensificar la colonización. Para ello, la administración de Federico Errázuriz Zañartu extiende el ferrocarril hasta Los Ángeles.

Los vencidos fueron reubicados en reducciones, o sea, terrenos comunitarios de extensión reducida para que practicaran sus actividades ganaderas, donde permanecen hasta hoy.

Una vez concluida la ocupación de la araucanía, buscadores de oro y particulares lanzaron a continuación una irónica campaña de exterminio contra la población indígena de Tierra del Fuego, que en el período 1879-1920 desapareció casi por completo.

En esta campaña de exterminio, se estima que al menos 10000 a 30000 indígenas fueron muertos en las peleas lanzadas por el ejército chileno. Todo esto obligó a los sobrevivientes a escapar a la zona precordilleranas habitada por los pehuenches, pueblo que ya compartía sus costumbres y con el que se unieron. Se puede decir que en esta etapa concluye realmente la Guerra de Arauco como tal, después de más de 300 años de conflictos.

En los territorios ocupados se les entregaron tierras a colonos chilenos y europeos, principalmente españoles, alemanes, franceses, italianos, ingleses, suizos y del resto de Europa, en total el año 1901 llegaron 36.000 europeos, 24.000 contratados por agentes de colonización y 12.000 llegaron por sus propios medios.

Durante los siglos XIX y XX, los mapuches sufrieron un cierto grado de discriminación por parte del criollo durante su proceso de integración a la sociedad chilena, que solo los llevaba a participar en ciertas áreas laborales, hasta el día de hoy esta persiste.

jueves, 23 de junio de 2011

La evangelizacion de los indigenas




Según el mismo Hernán Cortés, la razón principal de la conquista era la implantación de la fé cristiana entre los indígenas, por lo que solicitó el envío de frailes a las nuevas tierras conquistadas. En 1524 llegó al la Nueva España un grupo de doce frailes franciscanos y poco después arribaron dominicos y agustinos.
En 1540 ya había un centenar de misioneros diseminados por todos los territorios conquistados. Cada monje, al llegar, se imponía dos tareas: aprender una o varias lenguas indígenas y conocer las costumbres relacionadas con el culto de los antiguos dioses. La misión principal de los misioneros fue el imponer la fe cristiana entre los naturales mediante la prédica, la preparación de catequistas, la redacción de doctrinas o catecismo y la imposición de sacramentos como el bautizo y el matrimonio.
Su obra no se detuvo ahí: congregaron al los indígenas en nuevas poblaciones, levantaron conventos, capillas e iglesias, construyeron caminos, puentes y acueductos, construyeron hospitales y escuelas donde se enseñaban diversos oficios, defendieron a los nuevos cristianos del abuso de los encomenderos y registraron las costumbres e historia de los antiguos pueblos indígenas. Pero para alcanzar sus propósitos también construyeron imágenes y libros indígenas, y persiguieron a aquellos que seguían practicando el culto a los antiguos dioses.
La labor envagelizadora de los frailes fue llevada a cabo con mucho entusiasmo; muchos murieron por el agotamiento y la vida austera que llevaban. En poco más de 40 años habían cambiado la mentalidad de millones de indígenas, quienes convertidos al cristianismo crearon la mayor nación católica de su tiempo.
El principal rol de la iglesia en América consistía en facultar a las autoridades políticas españolas a través de los diezmos, ya que así ellos podían tener el 10% de sus bienes (de los nativos, indígenas).

Uno de los sacerdotes más reconocido fue Bartolomé de as Casas que luchó por la defensa de los nativos, defendiendo sus derechos y dando a conocer los abusos que los españoles producían de vez en cuando o reiteradamente con los indigenas o nativos.

Durante los siglos coloniales, los indígenas se unieron a la sociedad hispanocriolla a través de la iglesia incluso haciéndolos participes de instituciones eclesiásticas.

Fue así como, en Santiago se lograron formar congregaciones como por ejemplo, la del Niño Jesús. La tarea más difícil fue comprobar si los indigenas realmente se hubiesen convertido, porque podría haber sido por convencimiento o por sujeción, pero ya que eran religiosos estos estaban obligados a mostrar su nueva religión públicamente

La etapa más dura que debieron enfrentar los sacerdotes fueron las grandes distancias que debieron recorrer por falta de recursos y el escaso número de sacerdotes, pero aun así lograron llagar a todos los rincones de la araucanía. A principios estos (los indigenas) no aceptaron las nuevas religiones que les traían los españoles, ya que eso iba en contra de sus celebraciones y ciencias religiosas pero finalmente iguales lo aceptaron porque los sacerdotes solo los deseaban ayudar; Los sacerdotes siempre estuvieron en contra de los abusos contra los indígenas, y señalaban que por sus abusos, delitos los indigenas se alzaban y se oponían a todo.

A la zona araucana primeramente llegaron los misioneros franciscanos, pero los que más se dieron a conocer fueron los jesuitas, que llegaron a Chile en 1593; A pesar de que existía una línea divisora en el rió Biobío, los jesuitas aprendieron a hablar en mapugundun, vivieron en rucas, comieron como los nativos y se vistieron con ponchos para asemejarse a los naturales.

viernes, 27 de mayo de 2011

El mestizaje ¿ que tanto influjo en la vida de los indígenas?


Desde mi punto de vista yo creo que el mestizaje no fue bueno ya que en esta combinación de razas hubo muchas discriminaciones hacia los mestizos, por que entre las mezclas debidas a abusos sexualmente de mujeres tanto como africanas o indigenas se crearon los zambos (hijos de africanos con originarios) y los mulatos (hijos de africanos con españoles), bajo en grupo de los mestizos se encontraban los del grupo social mayoritario, durante la colonia y la principal fuerza de trabajo.
Y el otro grupo solo ejercía la mano de obra y al pasar el tiempo este grupo se fue disminuyendo.
En el tiempo de la colonia existieron grupos sociales que formaron la sociedad colonial en Chile, que fueron el elite o grupo dirigente(que eran los privilegiados, dueños de las riquezas, tenían bajo su poder a bancos y españoles), también estaban los del sector medio(no tuvieron beneficios en la conquista, trabajaban de mayordomo, artesanos, mineros del Norte chico, dueños de pequeñas haciendas), y estaban los indígenas (se debieron someter a exigencias de los españoles y criollos y Vivian en campos).
El mestizaje también produjo un gran cambio en la sociedad indígena ya que sus derechos fueron eliminados y fueron obligados a ejercer trabajos para dar el diezmo capital al cobrador de impuestos.
Los criollos que tenían tierras se hicieron propietarios de grandes haciendas en las cuales ellos ganaban dinero con las cosechas en las que para ellos estaba el inquilino y el peón que eran quienes debían guardar, proteger y principalmente los encargados de cuidar las cosechas en la hacienda del patrón.
Para resumir, el mestizaje fue una mezcla de dos razas o tres en el caso de agregar a los africanos, que en el momento de la conquista se produjo un conflicto por territorios y todo comenzó cuando comenzaron los abusos desde españoles a indígenas o, desde españoles a africanos o en algunos casos desde africanos a indígenas.
También con todo esto del mestizaje los españoles intentaron someter a los indígenas al aspecto político, en los religiosos impidiéndoles sus tradiciones y danzas al su dios (REHUE), y le inculcaron la religión del cristianismo-católico.
Por otro lado los españoles debieron adaptarse a las condiciones que tenía América, modificado por su propio sistema cultural.
Con el paso del tiempo se presentaron nuevas protestas culturales que fueron producto de las síntesis de ambas culturas, una fusión que implicó la imposición de muchos elementos por parte de los españoles, pero que conservó una esencia indígena. Dentro de los hechos mas sorprendentes en la historia de la humanidad fue el gran descubrimiento de Cristóbal Colon en el año 1492 de un continente que actualmente se llama América.

Conclusión:
Bueno en el presente trabajo yo di a conocer unas de las principales características del mestizaje y las consecuencias o parte de ellas que trajeron al sistema indígena o al sistema español, y que del propio mestizaje se crearon finalmente tres razas nuevas de personas y de habitantes que hasta el día de hoy encontramos en nuestro país los cueles son los mulatos, zambos, y nosotros que nos dividimos en mestizos (indígena-español) y los indígenas al 100%. También di a conocer que en el tiempo de la colonia existieron grupos sociales que formaron la sociedad colonial en Chile. Los cuales se componían en los altos, medios y bajos y como anteriormente lo presenté los altos eran aquellos que eran dueños de las riquezas y tenían privilegios. Y los bajos eran aquellos que no poseían territorios extensos, y trabajaban principalmente en la artesanía y los bajos eran los pueblos originarios que no tenían derechos y eran sometidos a todo.