viernes, 28 de octubre de 2011

La guerra del pacífico ( 1879-1884).



Fue un conflicto bélico, desarrollado entre 1879 y 1884, que involucró a tres países latinoamericanos: Chile, Perú y Bolivia. Se trató de un conflicto limítrofe, pero no por la demarcación territorial en sí misma, sino porque involucraba zonas ricas en guano y salitre, por eso la mayoría de los autores es coincidente en denominarla guerra del salitre.
No debe confundirse esta guerra del Pacífico, con la que ocurrió en los inicios de la segunda guerra mundial de los años 1937-1945 en la que participaron, Japón por un lado y por el otro, Estados Unidos, Gran Bretaña y China, entre otros países.
Una de las causas por la cual se desarrollo este problema fue porque Bolivia había ocupado la región más importante del desierto de Atacama, ubicado al sur de su área y al norte de Chile, en la región de Antofagasta. Ya que, esta zona es muy rica en cobre, hierro y por sus salares, producto de las aguas de lluvia que disuelven la sal del suelo. Al evaporarse el agua, queda la sal allí acumulada.
En 1866, Chile y Bolivia habían firmado un tratado para que los dos países tuvieran libre acceso a la explotación de la zona peleada. En el año 1874, se decidió revertir el problema, estableciéndose un nuevo acuerdo por el cual Bolivia no aumentaría los impuestos a los chilenos a cambio de que ella se convertiría en la única explotadora de recursos en la zona comprendida entre los paralelos 23ª y 25ª.
Bolivia respetó cuatro años el arreglo, pero luego, con el ascenso del presidente, Hilarión Daza, en 1879 aumentó el impuesto a las exportaciones de salitre, o sea que cada quintal de salitre pagaría 10 centavos más, como impuesto de exportación y programó el remate de las salitreras y ferrocarriles, para cobrarse la deuda. La subasta fue impedida por el gobierno chileno, que envió fuerzas militares a Antofagasta.
En tanto, Perú también contaba con una región rica en salitre ubicada en Tarapacá, donde el gobierno peruano, en 1875, había realizado la expropiación de las salitreras, de capitales chilenos, a cambio de un pago con certificados. Seguramente la decisión se había tomado bajo la influencia de un inglés, Robert Harvey, a quien luego se le asoció un compatriota, John Thomas North. Ambos influenciaban en los dos países, Chile y Perú para crear rivalidades, a fin de extraer provecho personal. Estos británicos fueron los principales compradores de los certificados, gracias a préstamos que les otorgaron los Bancos de Chile.


La región de Antofagasta fue invadida por fuerzas chilenas, por orden del presidente Pinto, el 14 de febrero de 1879, respondiendo Bolivia, con una declaración de guerra, a la que se sumó Perú apoyando a Bolivia, país al que estaba unido por un acuerdo de defensa común, tras intentar vanamente un arbitraje. El 5 de abril, Chile le declaró la guerra a Perú.
El primer choque de fuerzas se produjo el 23 de marzo, en la batalla de Calama o de Topáter, donde murieron siete chilenos y veinte bolivianos.
Los barcos de la marina peruana eran famosos por su contundencia, entre los que se destacaban las embarcaciones Huáscar y la Independencia, pero los chilenos, no lo eran menos. Ellos se jactaban también de su fuerza naval, representada particularmente por los acorazados Blanco Encalada y el Almirante Cochrane, con los cuales bloqueó Iquique, ciudad puerto que había pertenecido al virreinato del Perú, lugar también muy rico en salitre. La finalidad era impedir a los peruanos el abastecimiento de sus embarcaciones. Las acciones estuvieron a cargo de Juan William Rebolledo, el 21 del mes de mayo de 1879.
Pereció en esta batalla, el capitán chileno Arturo Prat Chacón, que comandaba la corbeta Esmeralda, hundida por el accionar del capitán de navío, Miguel Grau Seminario, a bordo del Huáscar, que tuvo una participación destacada en todo el conflicto.
Al mismo tiempo, se producía otro enfrentamiento entre dos colosos: la embarcación peruana Independencia, al mando de Juan Guillermo More y la corbeta chilena Covadonga, a cargo de Carlos Condell, pusieron en juego sus capacidades, imponiéndose el Perú, a pesar de perder su embarcación preferida (la Independencia), que quedó con su quilla destrozada, al verse obligada a navegar en aguas poco profundas, pero levantándose el bloqueo de Iquique.
La localidad y puerto de Antofagasta fue escenario de dos combates, el primero el 26 de mayo, mientras se celebraba un homenaje a Carlos Condell. El Huascar, persiguió al vapor Rimac, que logró escapar.
Finalmente el Rimac, fue capturado por Grau, el 23 de julio de 1879, lo que ocasionó el cambio de mando en la escuadra chilena, siendo Rebolledo suplantado por el comodoro Galvarino Riveros Cárdenas.
El 8 de octubre se produjo el combate de Punta Angamos, donde Grau Seminario murió heroicamente, y el Huascar terminó en manos enemigas.Los chilenos habían demostrado en el mar ser los triunfadores, y esto les permitió estar mejor posicionados, también en tierra.
Los chilenos iniciaron las oposiciones en tierra, ocupando el departamento de Tarapacá al norte de Atacama.
La primera batalla fue en Piragua, el 2 de noviembre de 1879, que terminó con el triunfo chileno y la ocupación de esa ciudad peruana. El motivo de la elección de este lugar era impedir la comunicación entre las fuerzas peruanas-bolivianas que se hallaban al norte y al sur de esa localidad.
El 26 de mayo de 1880, se produjo la batalla de Tacna, donde nuevamente los chilenos se impusieron a las fuerzas conjuntas peruano-bolivianas, produciéndose el retiro de Bolivia del conflicto, y el bloqueo del puerto de Arica. El presidente de Bolivia Narciso Campero, había reemplazado en el mes de enero de ese año, al presidente Hilarión Daza, pero a pesar del esfuerzo por reforzar sus fuerzas, nada pudo hacer para oponerse a los chilenos.
La última batalla tuvo lugar en Arica, en junio de 1880, la que les permitió a los chilenos avanzar sobre Lima.
Para mediar en el conflicto, y con la ayuda Argentina, Perú trató de lograr que Brasil realizara dicha gestión, pero obtuvo una rotunda negativa, que sólo sirvió para precipitar los acontecimientos.
En 1881, las fuerzas chilenas, al mando del general Manuel Baquedano, ingresaron a Lima, tras vencer en la Batalla de San Juan. Esta victoria les permitió ocupar las localidades de Chorrillos, y luego la de Barranco, después de la batalla de Miraflores. La ciudad de Lima, el 17 de enero, debió sufrir el saqueo y el incendio, como también había acontecido en Miraflores.
El entonces presidente peruano, Nicolás de Piérola, dejó su cargo para continuar con la resistencia desde Ayacucho. Como presidente Provisional de la República, fue elegido Francisco García Calderón, el 12 de marzo de 1881, pero esta designación no fue aceptada por los chilenos quienes se negaron a negociar con él.
Llegar a una paz con Chile resultaba dificultoso ya que exigían la entrega del Departamento de Tarapacá, que Perú, contando con el apoyo de Estados Unidos se negaba a ceder. Estados Unidos se fundaba en que solo sería válida la dación en pago del territorio peruano en caso de demostrarse fehacientemente la imposibilidad de pago de otra manera, de los costos de guerra.

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